Alimentación y diarrea: qué comer y qué evitar para aliviar los síntomas

11-05-2025
diarrea

La diarrea es la evacuación intestinal de heces flojas y líquidas tres o más veces al día. Como síntoma, puede acompañar a diferentes enfermedades, pero siempre es el resultado de la presencia en el canal digestivo de un volumen excesivo de agua y de un tránsito demasiado rápido.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte en niños menores de cinco años y ocasionan la muerte de 525.000 niños cada año.

La diarrea suele ser un síntoma de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminado, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.

Según el tiempo de evolución, la diarrea puede ser:

  1. Diarrea aguda: es un problema común que generalmente tiene una duración de uno a dos días y desaparece espontáneamente. Puede ser debida a sustancias presentes en la dieta, virus o a una gran variedad de fármacos.

  2. Diarrea persistente: dura aproximadamente entre dos y cuatro semanas.

  3. Diarrea crónica: tiene una duración por lo menos de cuatro semanas, con síntomas continuos o que pueden aparecer y desaparecer. Puede estar causada por procesos de malabsorción o procesos de enfermedad como colon irritable, colitis, entre otras.

La amenaza más grave de las enfermedades diarreicas es la deshidratación. Durante un episodio de diarrea, se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración.

El objetivo de las modificaciones dietéticas es lograr una reposición adecuada de líquidos y electrolitos, asegurar un aporte nutricional suficiente y mejorar los síntomas digestivos, tales como disminuir el peristaltismo, mejorar la digestión de los alimentos, aportar fibra soluble y reponer líquidos y electrolitos.

Las investigaciones demuestran que, en la mayoría de los casos, seguir una dieta astringente ayuda a tratar la diarrea (figura 1.). La dieta astringente es un plan de alimentación progresivo, ya que la introducción de alimentos se realiza de manera paulatina, en función de la tolerancia de la persona afectada y de la evolución del proceso diarreico.

Figura 1. Dieta astringente. Fuente: Hospital Sant Joan de Deu – Recomendaciones diarrea aguda

Por ello, se debe introducir progresivamente los alimentos de carácter astringente, así como modificar la preparación culinaria de los mismos.

Como recomendaciones adicionales, se debe tener presente:

  • Fraccionar la dieta. Comidas frecuentes y poco copiosas, unas 3 tomas al día, para disminuir en lo posible el estímulo sobre el peristaltismo intestinal.

  • Reducir el volumen de las tomas.

  • Se debe evitar alimentos ricos en fibra, como legumbres, frutos secos, verduras y frutas crudas y productos integrales (muesli, cereales y pan integral…).

  • Para reducir la cantidad de lactosa, evitar la leche, derivados lácteos y productos como helados, cremas, bechamel, etc.

  • Limitar la grasa como condimento, como los aceites, mantequillas, natas, margarinas, salsas tipo mayonesas…

  • Modificar la textura de los alimentos a una consistencia blanda o triturada.

  • Controlar la temperatura de los platos. Generalmente se toleran mejor las preparaciones templadas o calientes. Las muy frías, especialmente los líquidos, aumentan el peristaltismo intestinal.

  • Priorizar cocciones como el vapor, el horno, el hervido, la plancha, el papillote, según la tolerancia y el proceso diarreico. Se debe evitar los fritos, rebozados, estofados, guisos y empanados.

  • Priorizar edulcorantes naturales (azúcar, miel, jalea…) puesto que la glucosa tiene una elevada osmolaridad, evitando edulcorantes artificiales como sorbitol, xilitol y manitol.

  • Se deben utilizar condimentos suaves y poco aromáticos, restringir los condimentos irritantes de la mucosa intestinal y excitantes tipo vinagres, café, té, chocolate, extractos de carnes y pescados, pimienta, pimentón, nuez moscada, alcohol…

  • Moderar la cantidad de sal y evitar alimentos muy salados que irritan la mucosa gastrointestinal

  • Se deben consumir líquidos y agua en pequeñas cantidades para favorecer la rehidratación. Debe consistir en la toma de soluciones que contengan glucosa y ciertos electrolitos, conocidos como sueros de rehidratación oral.

Cuando la evolución es favorable, se debe incluir progresivamente en la dieta nuevos alimentos y texturas, hasta lograr una ingesta completamente normal. El yogur natural, quesos bajos en materia grasa, los pescados, las carnes blancas, el jamón cocido, las frutas en compota o almíbar, el pan tostado, la pasta, el arroz y la patata suelen ser mejor tolerados.

Finalmente, cabe destacar que durante la diarrea es importante incrementar la cantidad de alimentos con pectina, un tipo de fibra soluble con efecto astringente. Como ejemplos sería la manzana en compota, pera cocida, patata hervida en forma de puré, membrillo, plátano maduro, albaricoque, entre otros.

La diarrea es un episodio frecuente que puede comprometer nuestra salud. Estar preparados para afrontar sus episodios desde un punto de vista nutricional es importante para no agravarlos.

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Alejandro Monzó Elvira. Dietista-Nutricionista. COL. CV01348