La canela (Cinnamomum zeylanicum) es una especia común utilizada por diferentes culturas alrededor del mundo durante varios siglos.
En China se empleaba ya en el año 2500 a.C. Los árabes la utilizaban para aromatizar carnes, puesto que la canela contiene un aceite esencial rico en fenol que inhibe las bacterias responsables de su putrefacción. Incluso los romanos ya la usaban por sus propiedades medicinales para las dolencias del tracto digestivo y respiratorio.
La canela es originaria del sur de India y Sri Lanka. También se cultiva en Brasil, Birmania, Indonesia, Indias occidentales e islas del océano Pacífico. En general, se cultiva en países cálidos cuyos inviernos no son fríos.
Actualmente, este aromático condimento se extrae del árbol del canelo o Cinnamomum, concretamente de su corteza, y se emplea canela en rama o molida como ingrediente de muchos platos, infusiones y postres.
Existen principalmente cuatro tipos de canela:
Canela de Ceilán (Cinnamomum zeylanicum)
Canela de Indonesia (Cinnamomum burmanni)
Canela vietnamita (Cinnamomum loureiroi)
Canela cassia o canela china (Cinnamomum aromaticum)
Según la Fundación Española de Nutrición (FEN) la canela es fuente de hierro, calcio, zinc, potasio, selenio y vitaminas B6 y C.
Además, la canela posee múltiples compuestos químicos como son los fenoles y los aldehídos (ácido cinámico, cinamadehido, cinamato, eugenol…). El cinamaldehído es responsable de los característicos sabor y olor de la canela.
Son muchos los estudios que han demostrado numerosos efectos medicinales beneficiosos de la canela, una especia autóctona, perteneciente a la familia Lauracea (figura 1.).
Figura 1. Beneficios de la canela. Fuente: Biomedicine & Pharmacotherapy, 2021.
En el campo de la medicina, la canela es considerada un remedio para padecimientos respiratorios, digestivos y ginecológicos.
La evidencia científica actual sugiere que la canela tiene propiedades antimicrobianas, antiparasitarias, antioxidantes y de eliminación de radicales libres.
La canela muestra beneficios notables a nivel digestivo, siendo uno de ellos favorecer buenas digestiones y regular el ritmo intestinal. Además de poder emplearse como antidiarreico, la fibra, el hierro y el calcio de la canela se adhieren a las sales biliares, responsables de solubilizar las grasas y vitaminas ingeridas, para eliminarlas de forma eficaz y ayudar con las digestiones.
La canela también es una importante fuente de calcio ideal para mantener la salud ósea y disminuir el riesgo de osteoporosis y fracturas.
Además, la canela parece reducir la glucosa en sangre, el colesterol sérico y la presión arterial, lo que muestra efectos cardiovasculares beneficiosos.
Investigadores han estudiado el efecto antidiabético de la canela. Los científicos señalan que la canela mejora la resistencia a la insulina y el metabolismo de la glucosa. El cinamaldehído disminuye la dosis y la concentración de glucosa en sangre.
La canela contiene fitoquímicos que aumentan la capacidad del cerebro para utilizar glucosa. Su capacidad para mejorar la resistencia a la insulina constituye un mecanismo importante, por lo que disminuye el riesgo de enfermedades como el Alzheimer.
También la canela disminuye el riesgo de cardiopatía isquémica. Es posible que componentes activos de la canela sean cardioprotectores debido a su capacidad para producir óxido nítrico y reducción de lípidos en sangre.
Otras investigaciones muestran que la canela provoca vasodilatación periférica, lo que resulta en la caída de la presión arterial sistólica y diastólica, aunque el mecanismo preciso aún se desconoce.
Finalmente, cabe destacar su utilidad en la salud de la mujer, puesto que ayuda a calmar los dolores de la menstruación.
La canela es una de las especias conocidas con más antigüedad. Conocer sus propiedades, su aplicación y su uso en nuestra alimentación puede otorgar beneficios excelentes a nuestra salud global.
Alejandro Monzó Elvira. Dietista-Nutricionista. COL. CV01348